Funeral del Rey Constantino II de Grecia y otros Funerales ortodoxos
El 10 de enero pasado falleció el Rey Constantino de Grecia. El Rey pasó gran parte de su vida en exilio, después que Grecia se declarara República y volvió para residir en su país de origen en los últimos años de su vida.
Al fallecer, sus hijos sostuvieron una entrevista con los
representantes del gobierno heleno para dilucidar que tipo de funeral podrían
llevar a cabo en honor de su padre. La respuesta fue que dicho funeral no sería
de Estado sino privado, y que, sin embargo, contaría con todas las medidas de
seguridad necesarias y una representación gubernamental del Ministerio de Cultura
y Deportes.
Aclarado este punto, el nuevo jefe de la Casa Real griega sin
trono, Pablo, se entrevistó con el Pope de la Iglesia Ortodoxa Griega para
organizar la ceremonia funeraria en la Catedral Metropolitana de Atenas.
En la Iglesia delante del féretro, envuelto con la bandera griega, había un cirio encendido y un icono familiar de Cristo Pantocrator que era besado por la concurrencia y que a continuación daban el pésame a la familia real helena.
El rito conto con la presencia de un gran colectivo de
sacerdotes y el Pope de la Iglesia Ortodoxa Griega que interpretaron himnos de
cante gregoriano, enfatizando la creencia ortodoxa que la muerte no es el final,
añadiendo más solemnidad al funeral y se hizo lectura de las santas escrituras.
El orden de salida del templo fue la Cruz iniciaba la procesión a continuación
el Pope y los sacerdotes ortodoxos, luego la familia Real griega y finalmente
los asistentes: los familiares y representantes de las Casas Reales Europeas.
La comitiva se dirigió al cementerio de Tatoi, allí el féretro
portado por sus hijos y nietos fue depositado en la Capilla donde el sacerdote
recitó el trisagión, antes del entierro y ahora descansa en compañía
de sus padres, los Reyes Pablo y Federica de Grecia.
El rito ortodoxo a
diferencia del católico se centra en la resurrección de Jesús. La vida y la
muerte son un proceso. La muerte es necesaria para llegar al estado superior,
es decir la resurrección. Cuando fallece una persona se rezan salmos y se lee
el evangelio. Se lava el cuerpo con agua bendita y se le viste de blanco. El rito tiene tres partes muy marcadas:
El Trisagio inicia con los himnos que cantan las alabanzas a Dios
mientras que se recita que la muerte no es el final. Es frecuente la lectura del
salmo 119.
El Kontakion es la parte en la que el Pope inciensa el altar, los iconos y
al fallecido mientras se cantan himnos gregorianos. El Kontakion es una antigua
oración que tiene sus raíces en la liturgia griega antigua que se reza también
en el “Sábado de los Padres” un día especial en recuerdo a los cristianos
ortodoxos fallecidos.
Lectura de las Santas Escrituras. A continuación, se pide la absolución
de los pecados del difunto mientras se bendice el féretro.
En el cementerio el Pope echa tierra sobre el féretro haciendo
la señal de la cruz mientras repite las palabras del Génesis “polvo eres y al
polvo retornaras”. Concluido el rito, existe la tradición de celebrar la vida
del difunto invitando a todos los asistentes a una Makaria o Comida de la Misericordia.
Makaria era una Diosa de la mitología griega, hija de Hades,
el Dios del inframundo. Ella era la contraparte misericordiosa del Dios de la
muerte.
Los ritos funerarios ortodoxos varían en cada país ortodoxo.
Hay 14 iglesias autocéfalas. La iglesia rusa es una de ellas.
Recuerdo haber asistido a un funeral en Rumania. Los
familiares ofrecían a la entrada del templo un trozo de pastel de trigo y vino.
El trigo simboliza la vida, es un producto de la tierra que, aunque muere,
tiene frutos ya que otra nueva planta nacerá y dará semillas. Existe la
práctica de celebrar misas por el difunto a los tres días, a los nueve días, a
los cuarenta días, seis meses, al año del fallecimiento de una persona para
pedir la misericordia de Dios. Estas misas se deben celebrar hasta cumplir los
siete años.
En Rumania hay un cementerio conocido como el cementerio alegre
de la aldea de Sapantza, Maramures y es un lugar muy visitado por los turistas ya
que en cada lápida hay una pintura naive que representa lo que cada fallecido
hacia cuando vivía, y sus epitafios le quitan así el dramatismo a la muerte.
En Eslovaquia asistí a un funeral muy curioso, en el
cementerio invitaban a los asistentes a beber aguardiente y rociar licor sobre
el féretro! para a continuación invitar a todos a una comida en honor del
difunto…
Cuando falleció la Reina Isabel II de Inglaterra dejo
indicada la música y los himnos que quería que se interpretaran en su funeral.
Sorprendió a todos el guiño que la Reina le hizo a su difunto marido el Príncipe
Felipe, Duque de Edimburgo, que había nacido en Corfú, Grecia; ya que en el
funeral anglicano se cantó por, primera vez, el himno conocido como el “Kontakion
de los que Parten”. Su letra dice:
“Da descanso. Oh Cristo, a tu siervo con tus Santos
Donde ya no hay penas ni dolores
Ni suspiros, sino vida eterna…”
©
Carola Velásquez
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