Pascua Ortodoxa

La Pascua Ortodoxa se celebra este año el 24 de abril y es la fecha en la que se conmemora la resurrección de Jesús y marca el final de la Cuaresma. Sigue el antiguo calendario juliano, mientras que el cristiano se guía por el gregoriano.

El día de Pascua se estableció en el Sínodo Ecuménico de Nicea. La Pascua está condicionada por dos fenómenos naturales: el equinoccio de primavera, el 21 de marzo y la luna llena. Como este último varía este hecho condiciona la fecha, aunque para evitar confusión ya en el siglo IV se estableció que debía ser siempre en domingo. A pesar de seguir distintos calendarios, la Pascua cristiana y la ortodoxa coinciden algunas veces en sus celebraciones.

Aunque la liturgia es básicamente la misma, se siguen diferentes tradiciones en cada país ortodoxo. Se dice, por ejemplo, que en Grecia hay tantas tradiciones como sus islas.

La Noche anterior, el Gran Sábado, los fieles asisten a la vigilia pascual y esperan en el Templo, con velas encendidas, el momento de la Resurrección.

En la fiesta de Pascua se vuelven a comer quesos, huevos y biscochos y se intercambian los huevos típicos de pascua.

Las celebraciones varían. En Rumania, por ejemplo, se perdonan los pecados, se estrena ropa, se limpia la casa y se decoran los típicos huevos de Pascua “oualor incondeiate”. Es tan importante esta tradición que en la ciudad de Suceava cuentan con un museo de huevos decorados. La expresión usada por todos los rumanos, el domingo de resurrección es: ¡Jesús ha resucitado, “Hristos a inviat!”  a lo que se contesta: ¡en verdad ha resucitado, “Adevarat a inviat!”

En Bulgaria el sábado anterior a semana santa se celebra la resurrección de San Lázaro y el domingo de Ramos es Tsvetnisa o el día de las flores que es el día que celebran su santo todas las personas con nombre de flor. Curiosamente se trabaja de lunes a Jueves Santo. Ese es el día que las familias dedican para pintar los huevos de pascua. Es importante que el primer huevo sea pintado de rojo ya que este simboliza la sangre de Jesús. Este se coloca delante de un icono hasta el año siguiente cuando se abrirán y según el estado en que se encuentre, predecirá cómo será el año.

Durante la Pascua los iconos se tapan como señal de respeto y el domingo se celebra comiendo cordero en homenaje a Jesús, “el cordero de Dios”.

En Serbia las tradiciones son parecidas a las búlgaras. También se celebra San Lázaro o Vrbica y se regalan flores y ramas de sauce. Estas últimas se esparcen en el suelo de la iglesia para ser bendecidos por el Pope, luego son recogidos por la congregación para llevarlas a sus casas y adornar sus puertas o el icono del santo de la familia. Los niños reciben campanas para anunciar la venida de Cristo.

Se observa el ayuno el Viernes Santo que consiste en hren-rábano picante que representa la amargura de Cristo, guiso de chucrut y carpa ahumada.

Aunque los huevos de Pascua en la actualidad son teñidos, antiguamente se utilizaban tintes naturales. Todavía se utiliza la piel de cebolla que da un tono más profundo. También se imprimen hojas o flores encima de la piel de cebolla. Utilizan también otros colorantes como el té o el café.

Se preparan dulces tradicionales de estas fechas: bollos con huevos de colores trenzados.

El lunes de Pobusani, segundo día de Pascua, se va al cementerio y se coloca un huevo rojo en cada tumba para que los antepasados fallecidos “puedan celebrar la resurrección” de Cristo.

La Liturgia ortodoxa del domingo va acompañada de música. Sus ceremonias son muy largas, de gran solemnidad y su canto es muy bello y profundo. Todavía recuerdo una vez que asistimos en Belgrado a una celebración ortodoxa que duró más de lo normal para nuestra costumbre. Es impresionante entrar a una Iglesia ortodoxa oscura y con la sola iluminación de los cientos de velas que portan los fieles, como observamos en Bucarest, a vísperas de domingo de resurrección.

El canto, a dos o tres voces, incluye piezas de la antigua liturgia. Es de gran intensidad y su objetivo es trasladar al oyente a la dimensión espiritual del momento.

 

Ritual del Huevo. -

Se celebra el ritual de golpear los huevos, previamente hervidos. Cada persona debe coger un huevo y sujetarlo con toda la mano con la parte estrecha hacia arriba. Hay que ponerse por parejas e intercambiar los huevos con una sola mano y mientras uno dice “Cristo ha resucitado”, el otro debe responder “En verdad Cristo ha resucitado!”.

A continuación, los huevos se cascan entre sí y el huevo que sigue entero deberá seguir la cadena con los demás. Se supone que la persona que portó el huevo entero hasta el final tendrá más suerte durante el año.  En un pueblo de Serbia, Mokrin, el juego del huevo ya es celebración pública y cuenta con un reglamento estricto.

 

La tradición de los huevos de Pascua. –

 

Una costumbre muy bonita y típica de los países ortodoxos de Europa central y del este es la que practican en la festividad de semana santa. Se pintan huevos de gallina o de oca, hervidos o vaciados, huevos de madera, de porcelana y hasta de plástico con distintos diseños: clásicos, coloridos, con imágenes religiosas, unicolores. Como dije antes, el primer huevo por tradición, debe ser rojo porque representará la sangre de Cristo Salvador.

El huevo representa la vida. El renacer, la resurrección o el inicio de una nueva vida.

En la cultura cristiana occidental se regalan huevos de chocolate a los niños. Aunque no lleva la misma carga simbólica ortodoxa, en el resto de países de tradición cristiana se regalan huevos de chocolate. Un juego infantil consiste en esconder los huevos que deberán ser encontrados para poderlos disfrutar.

Este año 2022 será un año de gran celebración para la iglesia ortodoxa, las estrictas reglas de confinamiento y distancia social impuestas durante la pandemia del COVID serán más relajadas como pasa en las iglesias católicas, aunque todavía tengan que portar las mascarillas.

 

 

                                                                                                       ©Carola Velásquez