Justo entre las Naciones



Todos los años el 27 de enero se recuerda el Holocausto del pueblo judío,  la shoah o Shoá; el genocidio que ocurrió contra el pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial. La llamada “solución final” de la cuestión judía, del régimen de la Alemania nazi.

Es muy triste todo lo que sucedió en esas fechas, que debemos conocer para que no se vuelva a repetir. Sin embargo, yo quiero escribir sobre el coraje y la nobleza de muchas personas en esos tiempos grises.

Conocí de cerca durante mi juventud el pueblo judío. Realicé mis estudios secundarios en Israel, por estar mi padre destinado como diplomático en dicho país; pero el término “Justo entre las Naciones” (The Righteous Among the Nations; Juste en Maison des Justes) lo conocí hace relativamente poco.

Creo que las películas “La lista de Schindler”, “El Ángel de Budapest”, "El corazón valiente de Irena Sendler"; entre tantas otras, han contribuido a dar conocer al público que en medio de la oscuridad también habían ángeles protectores.

El término “Justos de las Naciones” ( Jasidei Umot Ha-Olam) es la definición que el judaísmo emplea para referirse a las personas no judías, llamados gentiles o noájidas; que han demostrado tener una conducta moral que merece una recompensa Divina, por que observaron los  preceptos de las Naciones, que fueron trasmitidos al patriarca Noé por mediación Divina: reconocer un sólo Dios; no blasfemar en su contra; fomentar el respeto y la moral pública; perseguir y sancionar la muerte violenta; perseguir y sancionar el robo; y repudiar las conductas inmorales y perversas.

Desde la antigüedad se calificó en las obras literarias como Justos a aquellos que se comportaban con justicia. 

Poco después de la creación del Estado de Israel, concretamente en 1953, el Primer Ministro David Ben Gurion presentó en el Parlamento, el Kneset, el proyecto de Ley “Sobre la Conmemoración de Mártires y héroes- Memorial de Yad Vashem”. Tras el debate se acordó que se debía hacer un reconocimiento a no judíos que por su actuación durante el holocausto debían ser considerados “Justos de las Naciones”.

Así, el 19 de agosto de 1953, se constituyó la Institución Memorial de Yad Vashem. En 1963 se crea una Comisión permanente conformada por el jurista Moshe Landau y el Director del Yad Vashem, Arieh Kubovy, y se inicia la búsqueda sistemática e identificación de los” Justos”.

Al hacer esto, se cumplían los objetivos morales, políticos y educativos de la Institución, es decir, que Israel reconocía que tenía la obligación ética de honrar a los no judíos reconocidos como” Justos” en nombre del pueblo judío, ya que, con sus actos, los “Justos” demostraron que era posible ayudar a pesar de la represión del régimen nazi.

La Comisión sigue un procedimiento. Se basa en testimonios directos y entrevistas a testigos directos que confirman:

Que aportaron ayuda a un judío cuando se encontraba en una situación de imposibilidad, amenazado de ser deportado hacia un campo de concentración o en peligro de muerte.

 Que al hacer esto, el Justo ponía en peligro su integridad física, su seguridad e incluso su libertad ya que asistir a los judíos era penado por el régimen nazi; y que había actuado de manera altuista, sin esperar por ello recompensa alguna.

Cuando una persona es reconocida como “Justa” se inicia un proceso. Se le notifica la decisión del Comité y se le entrega la Medalla de los Justos” y el Diploma de “Justo de las Naciones” en una Ceremonia en presencia de las autoridades y de los representantes, parientes o descendientes de las personas a las que prestó ayuda.

La Medalla lleva la inscripción del Sanhedrin 37,71:

“Aquel que salva una sola vida salva un universo entero”.


El nombre del “Justo luego es grabado en el Muro de Honor del Jardín de los Justos que se encuentra en la sede del Memorial Yad Vashem. Inicialmente se plantaba un árbol. Con el tiempo dicha práctica se suspendió por falta de espacio. 

El Justo recibe además una asignación económica, equivalente al salario medio de Israel, ayudas sociales y sanitarias y se le concede la residencia en Israel. La Fundación judía para los Justos de Nueva York moviliza fondos para ayudar económicamente al Justo y su familia.

Pero, ¿Quiénes eran los Justos? Estaban en todos los rincones de Europa. Eran profesores universitarios, maestros, médicos, curas jesuitas, enfermeras, miembros de la resistencia, policías, pescadores, pueblos protestantes, propietarios de circo y zoológico; sirvientes y diplomáticos entre tantos otros.

Ejercían todo tipo de ayudas: algunos daban alimentos, le daban refugio por una noche, los derivaban a personas que pudiesen ayudarles, los ocultaban en casas, vaquerías o establos. Eran escondidos en áticos, bosques, cementerios, cloacas e incluso en jaulas de animales. Los niños eran ubicados en conventos. Muchos curas otorgaban falsos certificados de bautismo.

Los prófugos necesitaban identidades falsas y asistencia para establecerse con una nueva identidad. En ese sentido, jugaron un papel muy importante tantos diplomáticos que haciendo caso omiso a las instrucciones de sus Cancillerías de no involucrarse en el conflicto ni otorgar documentos, emitieron visados y pasaportes, salvoconductos e izaron banderas en edificios enteros para poner a los judíos bajo su protección e inmunidad diplomática. 

Algunos diplomáticos, al ser descubiertos por sus Ministerios fueron despedidos y sus oficinas cerradas.

En 2020 el Yad Vashem ya tenía registrados 27,712 Justos de 51 países diferentes.

 

                                                                      ©  Carola Velásquez


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